Incluyo en esta entrada un decálogo de buenas prácticas para el uso de las TIC creado por Manuel Area Moreira.
Tanto el texto en negrita como los comentarios en color rojo son resultado de mi atrevimiento.
Es un pretexto para la reflexión y un arranque para un debate que se podría llevar a cabo en una Jornada de Formación “si el tiempo lo permite”.
1. Lo relevante debe ser siempre lo educativo, no lo tecnológico. Por ello, un docente cuando planifique el uso de las TIC siempre debe tener en mente qué es lo que van a aprender los alumnos y en qué medida la tecnología sirve para mejorar la calidad del proceso de enseñanza que se desarrolla en el aula.
En muchos casos el uso del ordenador “ilusiona” al alumno pero no aporta nada nuevo ni mejor al, por ejemplo, video o pizarra de toda la vida.
2. Un profesor o profesora debe ser consciente de que las TIC no tienen efectos mágicos sobre el aprendizaje ni generan automáticamente innovación educativa. El mero hecho de usar ordenadores en la enseñanza no implica ser mejor ni peor profesor ni que sus alumnos incrementen su motivación, su rendimiento o su interés por el aprendizaje.
Aunque “viste” mucho de cara a la galería y contenta a unos y vende bien a otros.
3. Es el método o estrategia didáctica junto con las actividades planificadas las que promueven un tipo u otro de aprendizaje. Con un método de enseñanza expositivo, las TIC refuerzan el aprendizaje por recepción. Con un método de enseñanza constructivista, las TIC facilitan un proceso de aprendizaje por descubrimiento.
Todos sabéis que la “maquinita” hace lo que se le pide. No hace milagros.
4. Se deben utilizar las TIC de forma que el alumnado aprenda “haciendo cosas” con la tecnología. Es decir, debemos organizar en el aula experiencias de trabajo para que el alumnado desarrolle tareas con las TIC de naturaleza diversa como pueden ser el buscar datos, manipular objetos digitales, crear información en distintos formatos, comunicarse con otras personas, oír música, ver videos, resolver problemas, realizar debates virtuales, leer documentos, contestar cuestionarios, trabajar en equipo, etc.
Y esas “cosas” las debemos planificar y puede que no coincidan siempre con las que ellos saben y quieren hacer.
5. Las TIC deben utilizarse tanto como recursos de apoyo para el aprendizaje académico de las distintas materias curriculares (matemáticas, lengua, historia, etc.) como para la adquisición y desarrollo de competencias específicas en la tecnología digital e información.
6. Las TIC pueden ser utilizadas tanto como herramientas para la búsqueda, consulta y elaboración de información como para relacionarse y comunicarse con otras personas. Es decir, debemos propiciar que el alumnado desarrolle con las TIC tareas tanto de naturaleza intelectual como de interacción social.
7. Las TIC deben ser utilizadas tanto para el trabajo individual de cada alumno como para el desarrollo de procesos de aprendizaje colaborativo entre grupos de alumnos tanto presencial como virtualmente.
Válido para los puntos 6 y 7: Es delicado y exige control porque son armas de doble filo. Pero no podemos negarnos por miedo, desconocimiento o prejuicio.
8. Cuando se planifica una lección, unidad didáctica, proyecto o actividad con TIC debe hacerse explícito no sólo el objetivo y contenido de aprendizaje curricular, sino también el tipo de competencia o habilidad tecnológica/informacional que se promueve en el alumnado.
Válido para los puntos 5 y 8: Que se utilice el ordenador en una asignatura no quiere decir que se esté dando clase de informática. Pero los alumnos necesitan saber qué se está haciendo y cual es el objetivo.
9. Cuando llevemos al alumnado al aula de informática debe evitarse la improvisación. Es muy importante tener planificados el tiempo, las tareas o actividades, los agrupamientos de los estudiantes, el proceso de trabajo.
Debemos estar seguros, planificar bien y dominar lo que se está haciendo probándolo antes nosotros.
10. Usar las TIC no debe considerarse ni planificarse como una acción ajena o paralela al proceso de enseñanza habitual. Es decir, las actividades de utilización de los ordenadores tienen que estar integradas y ser coherentes con los objetivos y contenidos curriculares que se están enseñando.
El aula de Informática no es una Ludoteca, no se trata de tenerlos entretenidos, ni de premiar un buen comportamiento, aunque hay momentos para todo.
Manuel Area Moreira.Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Santiago de Compostela (1982) y Doctor en Pedagogía por la Universidad de La Laguna (1987). Actualmente ejerce como catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna.
Tanto el texto en negrita como los comentarios en color rojo son resultado de mi atrevimiento.
Es un pretexto para la reflexión y un arranque para un debate que se podría llevar a cabo en una Jornada de Formación “si el tiempo lo permite”.
1. Lo relevante debe ser siempre lo educativo, no lo tecnológico. Por ello, un docente cuando planifique el uso de las TIC siempre debe tener en mente qué es lo que van a aprender los alumnos y en qué medida la tecnología sirve para mejorar la calidad del proceso de enseñanza que se desarrolla en el aula.
En muchos casos el uso del ordenador “ilusiona” al alumno pero no aporta nada nuevo ni mejor al, por ejemplo, video o pizarra de toda la vida.
2. Un profesor o profesora debe ser consciente de que las TIC no tienen efectos mágicos sobre el aprendizaje ni generan automáticamente innovación educativa. El mero hecho de usar ordenadores en la enseñanza no implica ser mejor ni peor profesor ni que sus alumnos incrementen su motivación, su rendimiento o su interés por el aprendizaje.
Aunque “viste” mucho de cara a la galería y contenta a unos y vende bien a otros.
3. Es el método o estrategia didáctica junto con las actividades planificadas las que promueven un tipo u otro de aprendizaje. Con un método de enseñanza expositivo, las TIC refuerzan el aprendizaje por recepción. Con un método de enseñanza constructivista, las TIC facilitan un proceso de aprendizaje por descubrimiento.
Todos sabéis que la “maquinita” hace lo que se le pide. No hace milagros.
4. Se deben utilizar las TIC de forma que el alumnado aprenda “haciendo cosas” con la tecnología. Es decir, debemos organizar en el aula experiencias de trabajo para que el alumnado desarrolle tareas con las TIC de naturaleza diversa como pueden ser el buscar datos, manipular objetos digitales, crear información en distintos formatos, comunicarse con otras personas, oír música, ver videos, resolver problemas, realizar debates virtuales, leer documentos, contestar cuestionarios, trabajar en equipo, etc.
Y esas “cosas” las debemos planificar y puede que no coincidan siempre con las que ellos saben y quieren hacer.
5. Las TIC deben utilizarse tanto como recursos de apoyo para el aprendizaje académico de las distintas materias curriculares (matemáticas, lengua, historia, etc.) como para la adquisición y desarrollo de competencias específicas en la tecnología digital e información.
6. Las TIC pueden ser utilizadas tanto como herramientas para la búsqueda, consulta y elaboración de información como para relacionarse y comunicarse con otras personas. Es decir, debemos propiciar que el alumnado desarrolle con las TIC tareas tanto de naturaleza intelectual como de interacción social.
7. Las TIC deben ser utilizadas tanto para el trabajo individual de cada alumno como para el desarrollo de procesos de aprendizaje colaborativo entre grupos de alumnos tanto presencial como virtualmente.
Válido para los puntos 6 y 7: Es delicado y exige control porque son armas de doble filo. Pero no podemos negarnos por miedo, desconocimiento o prejuicio.
8. Cuando se planifica una lección, unidad didáctica, proyecto o actividad con TIC debe hacerse explícito no sólo el objetivo y contenido de aprendizaje curricular, sino también el tipo de competencia o habilidad tecnológica/informacional que se promueve en el alumnado.
Válido para los puntos 5 y 8: Que se utilice el ordenador en una asignatura no quiere decir que se esté dando clase de informática. Pero los alumnos necesitan saber qué se está haciendo y cual es el objetivo.
9. Cuando llevemos al alumnado al aula de informática debe evitarse la improvisación. Es muy importante tener planificados el tiempo, las tareas o actividades, los agrupamientos de los estudiantes, el proceso de trabajo.
Debemos estar seguros, planificar bien y dominar lo que se está haciendo probándolo antes nosotros.
10. Usar las TIC no debe considerarse ni planificarse como una acción ajena o paralela al proceso de enseñanza habitual. Es decir, las actividades de utilización de los ordenadores tienen que estar integradas y ser coherentes con los objetivos y contenidos curriculares que se están enseñando.
El aula de Informática no es una Ludoteca, no se trata de tenerlos entretenidos, ni de premiar un buen comportamiento, aunque hay momentos para todo.
Manuel Area Moreira.Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Santiago de Compostela (1982) y Doctor en Pedagogía por la Universidad de La Laguna (1987). Actualmente ejerce como catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna.
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