Lo que aparenta ser una simple avería en el conducto de aire acondicionado de un bar, se complica, y Manolo acaba perdiéndose en el interior de un laberinto de tubos. Su viaje, al mismo tiempo cómico y perturbador, no es más que una excusa para reflexionar en torno al carácter global de nuestra sociedad.
Yo lo he entendido pero mi muñeca no.
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